El peor amigo del periodista... la confianza

Era una noche de pocas noticias en La Plata cuando el teléfono sonó en la guardia informativa de la radio más importante de la ciudad. El policía que le tiraba datos al cronista de turno, en pocas palabras le relató un robo reciente con título incluido: "Se llevaron hasta una boxer". Después de que el cronista redactó la nota todos los medios nacionales la replicaron, sin chequearla. Una horas más tarde, el teléfono de la radio volvió a sonar, pero esta vez el periodista recibió un tirón de orejas.


El dato era verdadero, se habían llevado una boxer, pero no una perra de esa raza, sino una camioneta Peugeot del modelo Boxer. Guilermo estaba dando sus primeros pasos como periodista, había llamado al damnificado para chequear el dato que le adelantó el policía, pero ya tenía la nota en la cabeza.

Amante de los perros de esa raza e imaginando cómo se sentiría él si se llevaran a su boxer, Guillermo se sintió afectado por el acontecimiento y escuchó a la víctima del robo con empatía. En ningún momento durante la charla se mencionó que se trataba de una camioneta, siempre se refirieron al tema como "la boxer". Guillermo nunca repreguntó.

Al poco tiempo de que su nota se había difundido en un flash informativo, la levantaron los portales locales de noticias, minutos después las agencias, luego las emisoras nacionales y a la mañana siguiente los noticieros televisivos matutinos la propalaron por todo el país. La nota era un notición, la realidad no hubiese recorrido ni la mitad de ese camino.

El jefe de noticias de la radio recibió un aluvión de llamados esa mañana. Desde la propia víctima del robo hasta el comisario a cargo, todos indignados con el error. El jefe reunió de a uno los ladrillos y luego derrumbó el paredón sobre Guillermo.

A tiempo él aprendió a repreguntar, a no dejarse llevar por la confianza, a no obnubilarse por el entusiasmo de creer que tenía una buena nota y hoy, habiendo pasado diez años de esta anécdota real, Guillermo la recuerda todos los días cuando llega a su casa y su boxer se le tira encima.

* En agradecimiento a Guillermo, con quién compartimos el dictado de unas clases de Periodismo en aulas universitarias. Un tipo llano, gran persona.

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